La expansión de tu negocio mediante franquicias puede ser una excelente opción, pero también puede ser una trampa si no realizas un trabajo previo de análisis.
La relación de franquicia exige la concurrencia de una serie de elementos mínimos esenciales, tal y como se detalla en el artículo 62.1 de la Ley de ordenación del comercio minorista y en el Real Decreto 201/2010 de 26 de febrero.
Para que tu negocio sea franquiciable tienes que asegurarte de que cuentas con:
- Un negocio en el que tienes suficiente experiencia y en el que has tenido éxito.
Un aspecto importantísimo ya que el modelo de franquicia no deja de ser la cesión del derecho a usar un sistema propio de comercialización de productos y servicios. De ahí que se exija experiencia contrastada y también éxito en la explotación de ese modelo.
- Una marca y una imagen corporativa propias y uniformes para toda la red.
La forma en la que distingues tus productos y/o servicios en el mercado debe diferenciarte de los productos y servicios de tus competidores. Aquí hablamos tanto de una marca o imagen corporativa protegidas legalmente como de una marca o imagen corporativa conocidas en el mercado.
- Un know-how o saber hacer propio, sustancial y singular.
Debes revisar si en tu negocio se dispone de una forma de hacer propia que te aporta una ventaja competitiva y que hace que tus clientes compren tus productos o servicios y no los de la competencia. Además, este know-how debe poder ser replicable por un tercero al cual hayas informado y formado para ello (el franquiciado).
- Una asistencia comercial y/o técnica a la red de franquicia.
Como el franquiciado no conoce tu negocio lo primero que deberás hacer es formarlo. Posteriormente, deberás darle un apoyo continuo en el tiempo para que, tanto a nivel comercial como técnico, desarrolle su franquicia y el negocio de acuerdo con el sistema propio de comercialización que tú creaste y definiste y cuyo uso y explotación le has cedido.
Disponer de estos elementos fundamentales o preparar tu negocio para conseguirlos es lo que te va a permitir franquiciarlo con seguridad jurídica. Por eso es fundamental realizar un diagnóstico legal de franquiciabilidad previo, con el que puedas verificar si ya cuentas con estos elementos o qué estrategia debes seguir para lograrlos.
Los riesgos de lanzarte a esta aventura sin tener claro si cumples los requisitos necesarios y si estos están consolidados son muchos: reclamaciones, nulidad de los contratos de franquicia, obligación de devolución de los cánones de entrada y de indemnización de daños y perjuicios o, incluso, querellas. Pero, además, cada vez es más usual que los candidatos a franquiciados apliquen criterios no sólo económicos sino también legales a la hora de valorar las posibles redes de franquicia a las que unirse.
Asesórate y consigue que tu expansión mediante franquicias sea segura jurídicamente y que esa seguridad jurídica sea también un argumento clave en el proceso de venta.
Queremos invitarte a nuestro webinar: “Buenas prácticas para la recuperación de la red de franquicias”, que tendrá lugar el próximo día 19 de mayo a las 10.00h. Puedes inscribirte en el siguiente enlace:
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